sábado, 25 de marzo de 2017

La filosofia segons Giorgio Agamben



“Tengo la convicción de que la filosofía no es una disciplina cuyo objeto y cuyos límites sean posibles definir (como intentó hacerlo Deleuze) o, como sucede en las universidades, pretender trazar la historia lineal y quizá progresiva. La filosofía no es una sustancia sino una fuerza que de golpe puede animar cualquier ámbito: el arte, la religión, la economía, la poesía, el deseo, el amor, incluso el tedio. Se parece más a cosas como el viento o las nubes o una tempestad: como ellas, se produce de imprevisto, agita, transforma e incluso destruye el lugar en el que se produce, pero con igual imprevisibilidad pasa y desaparece.”

Giorgio Agamben a Antonio Gnoli, La Repubblica, Trad. de R. García Azcárate para Revista Ñ, Clarín, 25/06/2016.

sábado, 18 de marzo de 2017

Notes sobre POPism d'Andy Warhol i Pat Hackett


Sospito que el món ja no existeix, però que fins fa poc va existir. La meva sospita, per tant, no té res a veure amb el "nou realisme" de Markus Gabriel, segons el qual existirien només fets aïllats, però no un món en comú i identificable, perquè aquest estaria necessariament subjecte a múltiples perspectives internes. Tants móns com punts de vista. Per a Gabriel el món no existeix perquè això suposaria l'existència d'una perspectiva que l'observés des de fora, i això no es dóna. La meva sospita no té gaire o res a veure amb el relativisme de Gabriel, sinó amb la falta de consistència que trobo en tot el que m'envolta. És com si tot allò que un cop havia estat sòlid s'hagués desintegrat i ara naveguéssim en un magma permanentment inestable. La irrealitat del món a la qual em refereixo té a veure amb el plàstic, però també amb el líquid del qual parlava Zygmunt Bauman. Té a veure amb el descartable i amb el que sobra. En el món en què vivim tot és superflu. A la tardor de 1968, escriu Andy Warhol a POPism

"People spent a lot of time in flea markets and antique and secondhand stores, and that look was also showing up - not only in closets but in their apartments and houses. It was as if everyone suddenly realized that 'labor' was becoming a thing of the past, that you'd never be able to get the same kind of details in clothes or furniture or anything else ever again" (p. 361). 

Warhol, doncs, hi posa data. El producte fet a mà i amb intenció de durar és una cosa del passat. Ja no hi ha necessitat ni interès en fer quelcom que quedi. La victòria de l'animal laborans, deia Arendt referint-se al subjecte el treball del qual té propera data de caducitat,  és la victòria de la societat de consum. Ens trobem aquí: el món en una societat de consum és un món projectat per al consum i, en conseqüència, un món que es consumeix. Un món que es devora a si mateix és un món fet per a no existir. Un món que ja no existeix.

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Warhol diu coses interessants. El 1965, en una exposició a Filadèlfia, hi havia tants adolescents dins del recinte que van haver de despenjar els quadres de les parets per por que es fessin malbé.

"I wondered what it was that had made all those people scream. I'd seen kids scream over Elvis and the Beatles and the Stones - rock idols and movie stars - but it was incredible to think of it happening at an art opening. Even a Pop Art opening. But then, we weren't just at the art exhibit - we were the art exhibit, we were the art incarnate and the sixties were really about people, not about what they did; 'the singer / not the song,' etc. Nobody had even cared that the paintings were all off the walls. I was really glad I was making movies instead" (p. 168).

I unes línies més endavant el que escriu fa pensar en l'herència del Pop sobre el Punk, mitjans dels seixanta sobre finals dels setanta: 

"The Pop idea, after all, was that anybody could do anything, so naturally we were all trying to do it all. Nobody wanted to stay in one category; we all wanted to branch out into every creative thing we could - that's why when we met the Velvet Underground at the end of '65, we were all for getting into the music scene, too" (p. 169).

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El 1966, Bill Graham vol dur The Velvet Underground al Fillmore de San Francisco i diu a l'entorn de Warhol, "no us puc pagar gaire, però crec en les mateixes coses boniques que vosaltres creieu". Paul Morrissey no dóna crèdit i salta "però aquest tio anava en sèrio? Realment es pensa que nosaltres ens ho creiem tot això?" I Warhol: "That's what so many people never unerstood about us. They expected us to take the things we believed in seriously, which we never did - we weren't intellectuals" (p. 212). Això darrer, que té tanta potència, que sembla una paradoxa però que en realitat no ho és, em fa adonar d'una similitud molt gran entre la manera warholiana d'entendre la vida i la meva, i em permet copsar per què a vegades em sento atret per allò que d'una altra manera em repèl.

On Bowie -- Simon Critchley


identitat & màscara, realitat & il•lusió, sound & vision, vida & mort ...


viernes, 17 de marzo de 2017

Desaprender: Caminos del pensamiento de Hannah Arendt -- Marie Luise Knott



"Queria entender o explicar el mundo tal como él se muestra de hecho, en lugar de reducirlo a la imagen que nos ofrecen las ideas preconcebidas, las concepciones del mundo existentes, o todas las mentiras grandes y pequeñas de la vida a las que hemos tomado afecto. Había intentado llegar cerca de la verdad, dejarse conmover en su propio pensamiento y en sus propios conceptos de la realidad. Arendt, que hasta ahora había hablado del mal radical en el sentido de Kant, en la última frase del libro introdujo en el mundo el lema de la 'banalidad del mal', un conocimiento que se debía también a la risa y, en circunstancias normales, limitadas a la razón, no habría entrado en el texto de modo tan sencillo, sin fundarlo y deducirlo racionalmente. / Quizá, como suponía Walter Benjamin en Zentralpark, en la risa se abre un ámbito del propio interior que de otro modo no es accesible a la reflexión. [...] Por lo tanto, hablaba la ironía para ir al fondo de las cosas, para ir al fondo de algo trágico de lo que no podía hablar la tragedia, pues la magnitud de la emoción nos habría enmudecido y se habría adormecido el entendimiento. La risa de Arendt había aflojado el tejido moral, amarrado con demasiada fuerza, que en tiempos anteriores habían tejido los teólogos, los filósofos y los eruditos, pero que no estaba preparado para el fenómeno del asesinato en masa 'sin motivos', y no tenía nada que decir sobre esto. La risa se había dado a conocer como un evento del pensamiento" (p. 41-42).


"Lo natural, sencillo, no forzado se ha perdido junto con la pérdida del lenguaje y del originario contexto cultural. Este hecho es definitivo. Exilio significa la certeza de que toda manifestación y encuentro, todos los sentimientos, gestos y reacciones siempre tienen que ser transportados, traducidos, es decir, acentuados, esclarecidos. La simple diferencia de la expresión lingüística constituye siempre un impedimento o, mejor, un umbral, que un emigrante ha de traspasar en cada momento, en cada palabra, en cada gesto. 'Nada está [...] en su debido lugar. Todo está en el exilio' (Scholem)" (p. 58).


"En el estudio de Arendt sobre la revolución (una tragedia, tal como ella escribía a Jaspers) a uno se le 'alegra y calienta el corazón', porque la fuerza fundadora de comunidad y legisladora de la alianza revolucionaria está inmediatamente ante los ojos del lector con grandiosa sencillez, a pesar del fracaso, a través del recuerdo escrito, y en el lector se aviva una añoranza revolucionaria. Las personas de la historia son sacadas en cierto modo del curso obejtivo, historicamente sabido, de la historia, y son llevadas de nuevo al interno escenario vivo del propio mundo de la vida, que a su vez es pensado de nuevo como espacio público. Detrás de eso está la representación platónica de que, a diferencia de la opinión de Aristóteles, la literatura sobre las cosas trágicas no narra para hacer que los hombres compartan el sufrimiento a través de la compasión, sino, sobre todo, para lograr que en este mundo donde los valores han caído en desuso, se mantenga despierta en el lector la existencia de valores y conceptos, en un lector que en la lectura juega a realizar el pensamiento; o sea, para dar nueva vida a representaciones colectivas encerradas. Esta idea acuñaba Vita activa y la colección de ensayos sobre elementos cuestionados de la tradición" (p. 79-80).


"Hannah Arendt, en contraposición a Martin Heidegger, acentuó una vez que el hombre es arrojado 'no al mundo', sino 'a la tierra', pues en primer lugar nace. Solo más tarde aparece 'en el mundo', puede revelarse hablando y actuando, y erigirse el mundo como su patria en la tierra. Y de nuevo en confrontación con Heidegger, dice que el hombre por su ser-en-el-mundo se libra de su mero ser é mismo. Por más que Arendt compartía la distinción existencialista entre facticidad y existencialidad, entre 'tener que' ser-ahí y 'poder' ser-ahí, en ella se trata de la constitución de un concepto del mundo, y este se distingue de 'la luz de lo público lo oscurece todo', de Heidegger, y de 'en ningún lugar sino dentro habrá mundo', de Rilke" (p. 130).

"El pensamiento y la escritura, lo mismo que el teatro, tienen la posibilidad de que, a través de las citas, metáforas, ritmos y tropos, un saber lejano, pasado, y con ello amenazado por el olvido, comparezca en la preocupación en torno al hoy. Citas y fragmentos interrumpen la propia voz y el propio curso del pensamiento, pueblan el texto que surge en el aposento silencioso, fracturan el curso de pensamiento. Los fragmentos de experiencia extraña se transmiten en la cita y, como fragmentos desmontados de su contexto originario, siguen contando algo de lo que está escondido en el trasfondo del todo, que no puede perderse y, a la vez, a través de lo otro que irrumpe, aleja de si claramente el ideal de la formación de la totalidad, o sea, la forma cerrada" (p. 134).


lunes, 6 de marzo de 2017

De "Chronicles - Volume One" : Bob Dylan



"All I'd ever done was sing songs that were dead straight and expressed powerful new realities. I had very little in common with and knew even less about a generation that I was supposed to be the voice of. I'd left my hometown only ten years earlier, wasn't vociferating the opinions of anybody. My destiny lay down the road with whatever life invited, had nothing to do with representing any kind of civilization. Being true to yourself, that was the thing (p. 115).




La "Frida Kahlo" de Rauda Jamis



Biografia seminovel·lada 
de Frida Kahlo. Un plaer ...

Funny Girl de Nick Hornby


Recordo que la novel·la d'Ian McEwan, "A la Platja de Chesil", em va entusiasmar per allò que no deia, per l'impàs en què es trobava una parella que venia a simbolitzar aquell punt en què els anys seixanta van deixar enrere un món gris i avorrit per a començar una nova era en què el color, el sexe i la manera en què la gent tindria de relacionar-se amb la cultura començava a adoptar una nova forma que trencava amb el passat. És a dir, tot allò que molts de nosaltres, nascuts durant o després dels seixanta, només podem imaginar, però que l'abundància de material amb el que comptem ens ho posa més fàcil. Em sembla que aquesta darrera novel·la de Nick Hornby parla del mateix, portant tota la història al món de la televisió i els nous temes i problemes que, per fi, s'hi podrien abordar. Quins sí, quins ja no, i quins encara no. A més, per moments, el text de Hornby convida al debat sobre els inicis de la telescombraries i la societat de consum en un moment on la producció intel·lectual i audiovisual semblava que podia apuntar cap a un altre lloc. En qualsevol cas, la novel·la de Hornby em sembla excel·lentment construïda, fresca, àgil i amb tot el talent narratiu del que aquest escriptor és capaç.


"De cop i volta en Tony es va sentir vell. Durant anys, en Bill i ell i tots els altres escriptors de la seva generació havien lluitat pel dret de dir coses sobre el món en què vivien i, llavors, de sobte, s'havien obert camí i havia aparegut aquesta nova Anglaterra, plena de llibres, pel·lícules, música i programes de televisió que deien coses de debò sobre gent de debò. I tot aquest material havia fet que el país semblés més brillant, més agut, més divertit, més jove. Ara, pel que podia entendre, la Diane li deia que només li interessava la resplandor i la joventut que tot això havia portat, la roba, la moda i els diners."